Es bien conocido que en algunas relaciones humanas, realizarse un tatuaje en común es una práctica que ha ganado popularidad. Podemos encontrar tatuajes de pareja, entre hermanos (as) y por supuesto entre padres/madres e hijos(as), así como tatuajes entre abuelos(as) y nietos(as).
La decisión de decorarse el cuerpo de manera conjunta, cobra sentido si se observa desde la perspectiva de llevar paralelamente a la otra persona(s) en todo momento de la vida. Para algunos(as) es una especie de amuleto para afrontar las adversidades cotidianas, y para otros(as) quizá sin saberlo, se torna en un acto de socializar la pertenencia a una familia de origen, o bien anunciar al mundo un compromiso amoroso elegido libremente.
Desde la vivencia del artista, un tatuaje de pareja no es nada sencillo de manejar. Se gesta una dinámica, a veces tensa, al rededor de la programación de cita en la agenda, la elección del diseño, los detalles de color o tamaño, la negociación de la zona del cuerpo en que se colocará, etc. Estos aspectos no requieren negociación alguna cuando se trata de un tatuaje individual, pero cuando se emprende la experiencia en pareja, en ello se desplazan y reflejan acuerdos y desacuerdos previos.
Así, puedes toparte con parejas donde claramente uno de los miembros desea tatuarse y la otra persona tiene más bien una postura de concesión, manifestada en la poca participación en las decisiones relacionadas al tatuaje; o bien, pudiendo ser el reflejo de una postura dominante por parte del primero (a). Otras, en cambio con gran seguridad llegan al estudio con un diseño que les satisface a ambos y durante la ejecución comparten un poco de su dinámica de pareja, fluida, espontánea y complementaria.

En OotBoon con gran gusto recordamos el tatuaje "zorros en línea" portado con gran orgullo por una pareja joven, y realizado en nuestros primeros años de trabajo establecido. Aunque la zona del cuerpo elegida para su colocación, suele ser bastante dolorosa, se realizaron ambas obras en medio de una charla amable y con la satisfacción de entregarles un par de piezas que llevan con gran cariño en su cuerpo.
Por otra parte, realizar tatuajes entre hermanos(as) suele ser sumamente divertido. En medio de risas, anécdotas de la infancia e inclusive bromas hacia alguno de los integrantes, la ejecución de estos símbolos de pertenencia familiar, suele arrancar en el artista, una sonrisa genuina, de esa que se forma cuando recuerdas la fortuna de tener cómplices fraternales para hacer travesuras, o bien figuras de autoridad y cuidado en la vida que te van guiando a cada paso.

Uno de los diseños mostrados en la imagen superior: dos alas inspiradas en la serie de caballeros del zodiaco (saint seiya), la cual seguramente une las memorias de este par de hermanos. Algunas generaciones, atesoramos los años en que nos despertábamos a las 7:00 am en fin de semana para ver el nuevo capítulo.
El otro diseño, una caricatura de Simone de Beauvoir, que puede reflejar el punto de encuentro entre dos hermanas que a pesar de la brecha de edad , descubrieron que además de la sangre las unen los ideales que persiguen.
En fin, esta sólo ha sido una pequeña muestra de que los tatuajes hacen un poco más que decorar la piel de las personas.
Luz Ootboon
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